lunes, 23 de marzo de 2020

Tú propio Virus

Vino el virus y sentado estaba él, sólo en su casa. Pensaba todo lo que tenía por hacer, cuántos saludos tenía por mandar, cuántos proyectos le quedaban poner en marcha, cuántos te quiero tenía por decir, cuántos abrazos tenía por dar y cuántos besos le quedaban pendientes. Sentado y quieto empezaba a darle valor a lo que antes no lo tenía, y a quitárselo a lo que antes parecía imprescindible. Nunca había sentido tan lejos el afuera, nunca había entendido el silencio como ahora, nunca se había detenido a mirar el día más que para chequear el clima. Se dio cuenta de que una sonrisa espontánea por un cuento mal contado, tenía más belleza que la sonrisa impostada con un filtro de una red social cualquiera, o de que una mirada a los ojos de frente, te conectaba más que un vivo del mundo virtual. Sintió que una obra de teatro tenía la magia de el aquí ahora que una película no lograba regalar. Que la mano cálida que le estrechaba Manolo al llegar al bar para saludarlo, derretía  la frialdad de la llegada del delivery. Que caminar tenía la vida que no poseía la comodidad del sillón y que el banco del parque guardaba más historias que el propio Netflix. Que un llamado a sus seres queridos no era tan aliviador como un abrazo con cualquiera de ellos. Que los te quiero en vivo eran más verdaderos, y que los besos por celular no tenían gusto.
Sintió que hoy su casa se había convertido en su cárcel, aunque su verdadera cárcel se la puso el mismo, encerrándose en un mundo virtual ficticio e irreal, lleno de emojis y de falsas poses, donde detenerse a sentir estaba prohibido, donde mirar más de un minuto era perder el tiempo y donde disfrutar de las pequeñas cosas había pasado de moda. El verdadero virus ya le venía afectando los sentidos, hoy se despertó y lo encontró sólo, a oscuras, sin la corona, con miedos, buscando una vacuna afuera, cuando la real vacuna la tiene él mismo.

martes, 18 de febrero de 2020

Déjate

Recuéstate, no pienses más
recuéstate y déjate abrazar
por todo lo que viene desde el más allá
y por todo eso tan mágico que te hace gozar.
La ansiedad que te consume, no te para de aplastar,
y esos pensamientos que no te dejan en paz, 
te llena la cabeza con voces que dicen
que todo está muy mal.
Pero todo va estar bien, si te dejas de atacar
si liberas de tu mente, todo lo social.
camina si mochilas y sin voces que censuren
camina liberado de esas voces que te aturden 
El real mundo está aquí y ahora, en el virtual 
sólo hay mentiras y las maquetas sobran.
No te creas lo que ves, ni dejes que te lastime,
sólo cree en tu ser y aparta lo que reprime.
Saca a tu niño mágico y déjalo tener voz,
llévalo de la mano y que él te lleve a vos.
Niños

En aquellos pequeños rostros se encuentra la inocencia, ahí se ve lo puro del ser, porque ahí todo se expresa, todo se dimensiona, todo se ve sin mugre encima. Si se ríe, se ríe con el alma, si se llora es hasta estallar, si hay enojo, no se oculta, si hay verguenza no se esconde, y si hay amor se grita. Todo es sano, no hay maldad, no hay peligro, no hay segundas intenciones, no hay discriminación, sólo se juega sin ningún límite de imaginación. Ahí no hay negros, amarillos, blancos, no se hace diferencia de capacidades, ahí todos son iguales, todos usan las mismas reglas, todos juegan el mismo juego. En un niño se refleja todo, no hay disfraces, ni máscaras, salvo las de algún superhéroe. Por eso si quieres ver lo puro de un ser mira a un niño y verás que todo lo que viene después es pura contaminación.