martes, 7 de noviembre de 2023

 FLUJO

Se posa sobre su cabeza, al principio susurrando de manera imperceptible, casi que no registra su presencia, aunque tampoco la ignora. Los susurros comienzan a convertirse en párrafos de gran contenido, en frases que parecieran haber sido armadas en algún laboratorio, todo se torna más invasivo, a tal punto de comenzar a dominar los sentidos, a crear falsas soluciones, a fabricar nuevos problemas, a hacer películas que ni siquiera tienen un buen guión. Todo se ha detenido menos esa voz que queda resonando con el convencimiento de un vendedor ambulante. Lo que dice es religión, lo que menciona va a ocurrir, como si fuera un profeta leyendo las profecías del libro sagrado. Él inmóvil, sin poder decidir qué hacer, no sabe si creer y seguir como fiel discípulo a estas prédicas apocalípticas, o borrar la pizarra y escribir lo que siente, más que lo que escucha.

lunes, 23 de marzo de 2020

Tú propio Virus

Vino el virus y sentado estaba él, sólo en su casa. Pensaba todo lo que tenía por hacer, cuántos saludos tenía por mandar, cuántos proyectos le quedaban poner en marcha, cuántos te quiero tenía por decir, cuántos abrazos tenía por dar y cuántos besos le quedaban pendientes. Sentado y quieto empezaba a darle valor a lo que antes no lo tenía, y a quitárselo a lo que antes parecía imprescindible. Nunca había sentido tan lejos el afuera, nunca había entendido el silencio como ahora, nunca se había detenido a mirar el día más que para chequear el clima. Se dio cuenta de que una sonrisa espontánea por un cuento mal contado, tenía más belleza que la sonrisa impostada con un filtro de una red social cualquiera, o de que una mirada a los ojos de frente, te conectaba más que un vivo del mundo virtual. Sintió que una obra de teatro tenía la magia de el aquí ahora que una película no lograba regalar. Que la mano cálida que le estrechaba Manolo al llegar al bar para saludarlo, derretía  la frialdad de la llegada del delivery. Que caminar tenía la vida que no poseía la comodidad del sillón y que el banco del parque guardaba más historias que el propio Netflix. Que un llamado a sus seres queridos no era tan aliviador como un abrazo con cualquiera de ellos. Que los te quiero en vivo eran más verdaderos, y que los besos por celular no tenían gusto.
Sintió que hoy su casa se había convertido en su cárcel, aunque su verdadera cárcel se la puso el mismo, encerrándose en un mundo virtual ficticio e irreal, lleno de emojis y de falsas poses, donde detenerse a sentir estaba prohibido, donde mirar más de un minuto era perder el tiempo y donde disfrutar de las pequeñas cosas había pasado de moda. El verdadero virus ya le venía afectando los sentidos, hoy se despertó y lo encontró sólo, a oscuras, sin la corona, con miedos, buscando una vacuna afuera, cuando la real vacuna la tiene él mismo.

martes, 18 de febrero de 2020

Déjate

Recuéstate, no pienses más
recuéstate y déjate abrazar
por todo lo que viene desde el más allá
y por todo eso tan mágico que te hace gozar.
La ansiedad que te consume, no te para de aplastar,
y esos pensamientos que no te dejan en paz, 
te llena la cabeza con voces que dicen
que todo está muy mal.
Pero todo va estar bien, si te dejas de atacar
si liberas de tu mente, todo lo social.
camina si mochilas y sin voces que censuren
camina liberado de esas voces que te aturden 
El real mundo está aquí y ahora, en el virtual 
sólo hay mentiras y las maquetas sobran.
No te creas lo que ves, ni dejes que te lastime,
sólo cree en tu ser y aparta lo que reprime.
Saca a tu niño mágico y déjalo tener voz,
llévalo de la mano y que él te lleve a vos.
Niños

En aquellos pequeños rostros se encuentra la inocencia, ahí se ve lo puro del ser, porque ahí todo se expresa, todo se dimensiona, todo se ve sin mugre encima. Si se ríe, se ríe con el alma, si se llora es hasta estallar, si hay enojo, no se oculta, si hay verguenza no se esconde, y si hay amor se grita. Todo es sano, no hay maldad, no hay peligro, no hay segundas intenciones, no hay discriminación, sólo se juega sin ningún límite de imaginación. Ahí no hay negros, amarillos, blancos, no se hace diferencia de capacidades, ahí todos son iguales, todos usan las mismas reglas, todos juegan el mismo juego. En un niño se refleja todo, no hay disfraces, ni máscaras, salvo las de algún superhéroe. Por eso si quieres ver lo puro de un ser mira a un niño y verás que todo lo que viene después es pura contaminación.

martes, 20 de agosto de 2019

Curiosidad por ella

Sonaba sencilla y vulgar la música del antro,
y del otro lado estaba ella, soltando con su sonrisa grandes lazos de encanto. Que envolvían los sentidos de los más ebrios sentimientos, que abrazaban a la soledad de un wisky en una noche de resaca.
Que lo simple me seduce, que lo complejo me enamora, que lo interesante de escucharla es no poder descifrar su intelecto a la hora de besar. Debe besar apasionada, o debe ser de esas que besan al compás de un show acústico.
Besar lento es como cuando no queres que termine nunca ese tema favorito, es sentir cada palabra, cada oración, el sonido de cada instrumento por separado y que a la vez
se unen formando una misma melodía, es conectarse con lo que hay más allá de una canción.
Besar lento es besar, es besar el alma, es tocar con las yemas de los dedos el corazón latiendo, es sentir como respira tu lado romántico, es acariciar a tu lado más caótico, es hacerle el amor al silencio. Siempre imaginé que ella
besaría así, de esa forma.

domingo, 29 de octubre de 2017

Y ESE DÍA LLEGÓ COMO VOS NO LO ESPERABAS

Se dormía en su cama soñando en como sería aquel día. Se despertaba imaginando como se vestiría para recibirlo. Caminaba y sentía que no sería cualquier día, sino el mejor de todos, de esos que ni una intensa lluvia podía mojar y ni un trueno podría tapar el ruido que haría...
Muchos días habían pasado, sintiendo a la ansiedad colgada sobre sus hombros. A veces se tornaba pesado, pero otras era la sortija por la que siempre quería una vuelta más. 
Era un día de otoño que parecía ser igual a otros, de esos con el sol haciendo de abrigo al intenso frío mañanero. Caminaba sintiendo la música en sus oídos y dejando que traspase todo su ser para aislarse de la rutina que día a día lo aburría con sus palabras. Llegó al lugar de siempre, al que pasaba cada mañana, al que nunca quería ir pero la inercia sola lo llevaba. Ahí se sentó, se sirvió un café y espero los llamados de aquellos que precisaban de sus servicios para trasladar sus recados. Todo parecía ser igual que siempre, era como esas películas que aunque hagan más partes siguen hablando de lo mismo, y nada nuevo sucede, se tornan previsibles al minuto de haber comenzado. Pero ese día no iba a ser igual, se repetía internamente queriéndose convencer de que algo nuevo ocurriría... Fueron pasando las horas y la monotonía se apoderaba de la escena, iba aplastando la idea inicial de que hoy algo podía cambiar, vaya a saber porque, pero cada minuto seguía devastando esa vaga idea que se había gestado una vez más en la cabeza de alguien que necesitaba que así fuera. El horario de trabajo finalizaba y la rutina estaba ganando una vez más la partida...ya guardando sus cosas sonó el teléfono, y como ya terminaba el horario la duda de atender se hizo presente. En el último ringtone tomó la decisión y atendió...del otro lado una voz femenina preguntaba por su nombre y fue en ese momento que la respuesta de su boca fue la rutinaria, si él habla...a lo que del otro lado se produjo la pregunta, está seguro que él habla...? un silencio se suscitó al punto de no saber que responder. Del otro lado volvieron a preguntar, está seguro que es usted Leonardo el que habla...? el silencio invadía el momento, en su cabeza la pregunta se empezó a tornar intimidante, pero a la vez confusa, hasta llegó a dudar si era él Leonardo el que hablaba...inmediatamente respondió medio entrecortado, si soy yo...de nuevo la voz, ahora más masculina y más intensa, replicó, está seguro...? Leonardo se quedó atónito al escuchar ahora una voz masculina y no entendía porque él mismo también dudaba de su nombre, porque él mismo dudaba si realmente era aquel Leonardo por el que preguntaba esa mujer/hombre del otro lado...en ese momento pareció detenerse todo, miles de imágenes vinieron a su cabeza preguntándose realmente si él era la persona por la que estaban preguntando...Fue en ese instante que a su cabeza vino la imágen de cuando era pequeño y jugaba con su pelota de fútbol naranja la cuál era su favorita, y que no quería ni deseaba otro juguete que no sea ese para pasar sus tardes, aunque lo que le trajeran, para persuadirlo y que dejara de jugar un poco con aquél balón, sea lo más caro y hermoso que podía existir, nadie lo convencía de lo que él amaba, de lo que más lo hacía feliz. Y sí le sacaban su pelota el lloraba, se revelaba ante eso, y buscaba aunque sea una piedra para seguir jugando a lo que tanto placer le daba...nadie podía imponerle sus ideas de la felicidad, nadie le iba a vender a él con que se iba a divertir más, porque lo que sentía cuando pateaba ese balón naranja no lo sentía con nada, así fuera lo más caro del mundo, así fuera lo que otros morían por tener, porque él ahí era Leonardo, porque con ella se olvidaba de todo lo demás, porque cuando la perseguía no había nada que lo distraiga, solo quería patearla para volver a sentir esa sensación de éxtasis que se iba repitiendo en cada remate...el regocigo que le producía aquello no era comparable con nada...ahí él soñaba.
En ese momento volvió en sí y adelantándose a la repregunta de la intensa voz, le respondió...yo no soy Leonardo, él nunca trabajo aquí, cortó el teléfono agarró sus cosas y nunca más regresó a aquél lugar.
SOÑANDO LO PERFECTO

No la conocía, pero empezó a conocerla hasta llegar a sentirla propia.
No sabía porque pero cada vez que hablaba sentía que tenía algo nuevo para decirle,
y cuando dejaba de hablar sentía que se había quedado con ganas de decirle algo más.
La sentía en todo momento, la percibía en cada palabra, en cada pensamiento.
Era de esos dulces que nunca empalagan, aunque sean de los más dulces.
Pensarla era hermoso, recorrer cada uno de sus lugares, mirarla sonreír aunque
esa sonrisa estuviera lejos, le producía a él muchas ganas de reír a su par.
Era realmente un sueño porque nunca la había conocido aunque en cada mañana
su nombre era lo primero que le venía a la mente, su cara en primer plano y su
voz retumbaban en sus oídos dándole los mejores orgasmos a su alma.
Pero aveces los sueños quedan ahí congelados y te despiertas sintiendo esa
cachetada que no hace mas que despabilarte y perderte de la mirada mas bella que habías soñado.